miércoles, 26 de noviembre de 2008

Pele, el más grande del fútbol

Pele, considerado como el mejor futbolista de todos los tiempos. Un jugador que rompió esquemas y pulverizó casi todos los registros existentes en su época. Su nombre de pila era
Edison Orantes de Nascimiento. Nació en Tres Coraçoes un 23 de octubre de 1940 y como la mayoría de los niños brasileños conoció el fútbol en la calle. Un lugar de donde han salido las principales figuras del fútbol brasileño y mundial.

Sus comienzos en el mundo del fútbol fueron en equipos de su zona. Sería en 1955, cuando el jóven Pele, que entonces contaba con quince años recibiría la oferta de un grande. A pesar de la incial oposición de su madre, Pele no lo dudo y se marchó al Santos para cumplir su sueño de convertirse en futbolista profesional. Así pués, accedió a las inferiores del equipo de Santos. Pronto destacó, por lo que no jugó mucho con los chavales de su edad, y con quince años hizó su debut con el primer equipo. Se producía el 7 de septiembre de 1956 ante el Cubatao, en el que Pele no pudo iniciar mejor su andadura en el fútbol profesional: anató un gol. Era una gran promesa y todas las miradas recaían sobre él. Un futuro esperanzador le esperaba .
De todo esto tomó nota el seleccionador brasileño y diez meses después, se producía la llamada para debutar con la canrinha. Con tan sólo 16 años el jóven Pele hacía su debut a lo grande: contra Argentina en Maracana y anotando el único gol que consiguió Brasil, que cayó por 2 a 1. Parecía que los debuts no le pesaban. Un gran jugador que estaba siempre presente, incluyendo un debut, con los nervios que ello conlleva. El siguiente debut del delantero brasileño sería en un mundial. En 1958 tenía lugar en Suecia el primer mundial ofrecido al mundo por televisión. Pele llegaba algo resentido de su rodilla, por lo que tuvo que esperar dos partidos fuera del terreno de juego para realizar su debut en un campeonato del mundo ante la URSS de Lev Yashin, considerado mejor portero de la historia del fútbol. Pele salió en el once titular con su habitual 1o a la espalda. Vencieron los brasileños con dos goles de Vava. Sin embargo, los ojos de los espectadores se centraban en un joven de diecisiete años con un prometedor futuro. Un porvenir que empezaría a dar frutos ya desde el siguiente partido: los cuartos de final contra Gales. Un encuentro que acabaría con victoria por la mínima de los brasileños con gol de Pele. Era su primer gol en un mundial pero de gran importacia: clasificaba a su selección para jugar las semifinales frente a la Francia del goleador Fontaine. Brasil desplegó su mejor juego frente al conjuto galo y se metió en la final con un contundente 5-2, con el que Pele colaboró anotándose un hat-trick. Desde luego estavamos ante un jugador extraordinario. En la gran final esperaba la anfitriona Suecia que llegaba también invicta a su gran cita. Los jugadores saltaron al terreno de juego del estadio Rasunda de Estocolmo, con 50000 espectadores abarrotando sus gradas en la tarde del 28 de junio. Todo listo para ver la lucha entre los atletas suecos y los artistas brasileños. El favorito era Brasil pero todo podía pasar. Los onces iniciales no presentaban casi novedades. En Brasil entraba el defensa Djalma Santos en detrimento del habitual De Sordi, mientras que Suecia no presentaba modificaciones en el once. No habían transcurrido ni tres minutos cuando se inauguraba el marcador con un gol tempranero del equipo escandinavo. Sin embargo, Vava acallaba la felicidad inicial del público con dos goles que establecian el 2-1 para Brasil al término de la primera parte. Ni mucho menos el partido estaba decidido, más aún sabiendo que Suecia contaba con el aliento de su gente. No obstante, Pele iba a desesperanzar al país anfitrión. Corría el minuto 58 de partido, cuando un balón colgado al area desde la izquierda le llegó al "10" brasileño, que de forma magistral bajó el esférico con un control de pecho, eludió al central Gustavsson con un preciso globo y fulminó al meta sueco empalmando el balón que le llegó desde el aire. Un gol digno de una final de un campeonato del mundo. Se convertía, así, en el jugador más jóven en marcar en una final mundialista. A partir de este gol, el título se puso mucho más cerca para Brasil. El partido finalizó con 5-2 y el quinto de Brasil lo certificó Pele, con un gran cabezazo llegando desde atras. Brasil se convertía por primera vez en su historia en campeón del mundo y la joven estrella del Santos había participado vigorosamente anotándose seis goles durante la fase final. Pele, al finalizar el encuentro no pudo contener las lagrimas y el portero Gilmar le cedió su hombro. Con tan solo diecisiete años había ascendido al cetro del fútbol mundial.

Tras la conquista mundialista regresó para centrarse en su temporada con el Santos con el cual lograría cincuenta y ocho goles en treinta y ocho partidos y su equipo se proclamó vencedor del Trofeo Paulista.

El año de 1959 fue un año atípico para el goleador brasileño. Tenía que cumplir con el servicio militar, algo que no le impidió seguir jugando a fútbol. Recaló en diversos equipos y ligas durante su estancia en la mili y marcó la friolera cantidad de 127 goles. Al año siguiente ganó con el Santos el Paulista, título que repetiría en 1961, año que, además, sumó a su palmarés la Copa de Brasil.

El doblete lo repitió Pele con el Santos en 1962, un año en que iba a tener lugar otra gran cita para el fútbol mundial. Del 30 de mayo al 17 de junio tendría lugar la fase final del campeonato del mundo de fútbol. Esta vez la sede elegida fue Chile, donde Brasil se presentó con todo su elenco de estrellas: Pele, Garrincha, Didi, Amarildo, Vavá y Zagallo. Por tanto, no cabe duda de que era la gran favorita para revalidar su título mundial. El paso de Pele por el mundial fue un tanto fugaz. Sólo jugó un partido completo, en el que anotó un gol contra México, ya que en el encuentro contra Checoslovaquía su ingle dijo basta. A pesar de la extraordinaria calidad y elegancia de O Rei, Brasil tenía suficientes plantel como para no echarle de menos. Y, así fue. Una Brasil liderada por Garrincha y Amarildo consiguió llevarse para casa su segundo título consecutivo. Brasil igualaba a dos a Italia en títulos mundiales y Pele volvía a romper las estadísticas siendo, ahora, el jugador más jóven en proclamarse dos veces como campeón del mundo.

Ese año fue completo para el del Santos, el cual ya recuperado de su lesión completaría el año con el título de la Libertadores, al que ayudó con dos goles de diversa factura, y la posterior final de la Intercontinental que le enfrentaría con el campeón de Europa, el Benfica luso. En esa final a ida y vuelta, Pele volvió a dar muestra de la clase y instinto goleador que atesora marcando seis goles en dos partidos para dar al Santos la primera Intercontinental de su historia.

Al año siguiente repitió el doblete del año anterior con su equipo. Se impuso a Boca Juniors en la final de la copa Libertadores por 2-1 con un gol de Pele y ganó con sufrimiento al Milán de su compatriota Amarildo. En esta última final, el Santos perdió 4-2 en la ida con goles de su máxima estrella, y el mismo resultado pero de distinto color se produjo en el partido de vuelta, donde Pele no pudo disputarlo por lesión. Así por tanto, el partido de desempate sería el definitivo aunque todavía sin Pele. Se celebró el 16 de noviembre en el estadio de Maracana donde un solitario gol de penalti del Santos le valió para dejar el título en casa.

El 21 de noviembre, Pele consiguió un registro verdaderamente asombroso. En el partido que disputó el Santos contra el Botafogo Pele anoto ocho de los once goles que consiguió su equipo. Desde luego era la referencia del ataque del Santos.

Tras estos años, en los que consiguió algunos títulos más con su equipo, otra edición de un mundial esperaba a la Brasil bicampeona. El escenario no podía ser mejor que el país creador del fútbol: Inglaterra. A pesar de todo, la preparación y organización del mundial por parte de Brasil no fue la más idónea. No había un equipo cohesionado y eso se notó sobre el campo. Asimismo, las dos estrellas del mundial anterior, Garrincha y Amarildo llegaban en baja forma. El primer partido ante Bulgaria vencieron por 2-0 con goles de Garrincha y Pele. Sin embargo, no ocurriría lo mismo en los dos siguientes. En el primero, Pele se borró del partido por unas molestías que arrastraba. Sin su principal estrella, Brasil cayó derrotado con Hungría por 3-1 y por el mismo resultado ante Portugal, en el cual Pele se tuvo que retirar lesionado. Terminaba, así, la primera fase de grupos y Brasil era la gran fracasada del torneo. Las victorias pasadas no importaban y el fracaso de 1966 fue escandaloso, viendo, asimismo, el estado con el que llegó el equipo carioca a la cita inglesa.

Tras el fiasco del mundial, Pele anunciaba su renuncia a jugar con su selección, aunque no sería definitiva, ya que tras tres años en dique seco decidió su regreso con vistas al mundial de México 70. Antes de todo esto, Pele en noviembre de 1969 iba a tener ya al alcance una cifra nunca antes alcanzada: ser el primer jugador de fútbol en lograr 1000 goles. La primera oportunidad para lograrlo le llegó el 15 de noviembre ante el Bahía. En una espectacular jugada del delantero brasileño en el cual va diblando defensa tras defensa hasta hacerlo con el mismo portero pero no conseguió introducir el balón en el interior de las mallas ya que se interpondría tirándose al suelo el defensa Nildo. Este hecho al público no le gustó. Quería ser participe de la historia y poder haber presenciado en directo el gol mil de O Rei. Sin embargo, Pele no pudo marcar y la marca se pospuso para más tarde. Cuatro días después, el 19, Pele tenía su segunda oportunidad. Esta vez ante el Vasco de Gama y en Maracana. Mejor rival y escenario para lograrlo, imposible. Así, a las 23:11 de la noche Pele encaró el area local cuando fue derribado por un defensa del Vasco. Sí, penalti. El colegiado del encuentro, Manuel Amaro, había señalado los once metros. Pele cogió el balón para patear el esférico y llegar a la mítica cifra. Como diría años más tarde: "ese día por primera vez en un campo de fútbol me temblaron las piernas. Tenía miedo de no marcar." Sin embargo, no falló. Cogió carrerilla, hizó su habitual paradinha y lanzó a la izquierda del portero Andrada, que se lanzó correctamente pero no pudo atajarlo. Pele conseguía otro hito para la historia. Se introdujo en el red y besó el balón. No era uno cualquiera sino el de la cifra mágica de los mil.

El verano siguiente, el mundial de México. Esta vez, su anterior compañero de delantera en la canarinha era su seleccionador: Mario Zagallo. Pele estaba ante la ocasión de ser el primer jugador en ganar tres mundiales. El cambio generacionl se había producido y ninguno de sus anteriores compañeros le acompañaba. Sin embargo, no por ello el equipo brasileño era más débil. Ahora ya no estaban los Garrincha, Amarildo, Vavá, Zagallo o Didi, pero sí nuevas estrellas brasileñas como Jairzinho, Revellino, Tostao o Carlos Alberto. El torneo comenzó de la mejor manera posible: con un 4-1 sobre Checoslovaquia colaborando Pele con el segundo gol carioca. La figura del partido fue, sin duda, Jairzinho, que marcó dos goles magistrales. Jairzinho continuaría su racha contra el actual campeón del mundo, Inglaterra, en el cual a Brasil le valió con el gol del delantero brasileño para llevarse la victoria y certificar su pase para los cuartos de final, donde esperaba Perú. Antes habría que jugar un partido, sin nada en juego para Brasil, contra Rumanía, en el que se impondría Brasil con dos goles de Pele. Ahora sí, todas las miradas en los cuartos ante la sorprendente selección peruana. El partido finalizó con 4-2 para la Seleção y el consiguiente acceso a las semifinales, donde esperaba un rival esperado por el público brasileño: Uruguay. Uruguayos y brasileños se volvían a enfrentar en un mundial tras la final de 1950, un encuentro que arrebató Uruguay a Brasil ante 220.000 espectadores que abarrotaban el estadio brasileño de Maracana (de ahi el maracanazo). De ahí el resentimiento y el ánimo de revancha que los brasileños habían puesto en este encuentro. La revancha se produjo y Brasil venció por 3-1. Sólo le quedaba a un partido a Pele para volver a rememorar glorias pasadas. Era su segunda final y podía pasar a la historia como único jugador con tres títulos mundiales. La final estaba prevista para el 21 de junio en el estadio azteca de México. 107.000 serían los que presenciarían esta esperada final entre las dos selecciones con más mundiales. Tras noventa minutos sólo una de ellas alcanzaría los tres. En el minuto dieciocho Pele encarrilaba el título para su selección. Sin embargo, antes de la finalización de los primeros cuarenta y cinco minutos empataba la selección azurra. Así, todo quedaba en suspense para una segunda parte en la que Brasil certificaría su primacia del fútbol mundial con tres goles más. Mas allá de éstos, lo que asombró a la multitud fue el último gol, para muchos el mejor gol colectivo de la historia de los mundiales. El balón salió jugado por bajo desde la defensa hasta llegar a la frontal del área donde Pele asistió a la carrera de Carlos Alberto que con un duro derechazo batió con un tiro cruzado a Albertosi. En la jugada participaron ocho jugadores: Tostao, Brito, Clodoaldo, Gerson, Rivellino, Jairzinho, Pele y Carlos Alberto. El partido concluyó con un contundente 4-1 conviertiéndo en tricampeona a la canarinha y a un Pele, participe de esos tres títulos de campeones del mundo.

Tras el último éxito conseguido, Pele ya estaba cansado de jugar con su selección por lo que, definitivamente, el 18 de julio de 1971 jugó su último partido con Brasil ante Yugoslavia. Su legado con la canarinha era sobresaliente: 95 goles, que le convertían en el máximo goleador de la historia de Brasil. Ni los Romarios ni Ronaldos conseguirían, años más tarde, superarle. Se despedía el mejor jugador que ha dado Brasil en toda su historia. No obstante, este no era el final absoluto. El público del Santos todavía cantaría sus goles durante tres años más, ya que en octubre de 1974 ponía punto y final a su carrera profesional en Vila Belmino. Sin embargo, no se convirtió en realidad. Una mala inversión económica le dejo al borde de la quiebra y lo más fácil para salir del atolladero era volver a calzarse las botas. Recibió ofertas extratosféricas de equipos europeos como Milan o Madrid, pero él quería un lugar donde no tuviera que soportar gran presión. El sitio elegigo fue EE.UU., un país de poca tradición futbolera. En junio de 1975 firmaba su contrato con el Cosmos de New York, un equipo que disfrutaría de las últimas carreras del mejor jugador de la historia del fútbol (con permiso de Maradona). Fueron tres años con suerte desigual y en los que sumaría 64 goles a su ya abultado saco de dianas: nada menos que 1282 en 1366 partidos jugados. El 1 de octubre de 1977, a la edad de 36 años, Edison Orantes do Nascimiento jugaba su último partido, que había sido preparado para la cita. Se enfrentaron los dos únicos clubes que disfrutaron del juego del goleador brasileño. Un Santos-Cosmos ante 75000 espectadores en el que Pele juagaría un tiempo para cada equipo. Venció el Cosmos 2-1 con gol de O Rei para los norteamericanos. Pero, no importaba. En el recuerdo de la gente solo se quedarían con esas últimas carreras sobre un campo de fútbol del más grande, Pele. Un jugador que a la postre sería reconocido como mejor futbolista del siglo XX por IFFHS y por la prestigiosa revista France football. Finalmente, su último gran galardón fue el dado por el COI en 1999 a Pele como el mejor deportista del siglo XX, dándose la paradoja de que Pele no participó nunca en unas Olimpiadas. Sin lugar a dudas, no le hizo falta.
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