domingo, 2 de noviembre de 2008

Michael Jordan, "el mejor que hubo y el mejor que habrá".



Para muchos, Michael Jordan es el mejor jugador de baloncesto de todos los tiempos. Lo cierto es que ha habido muy pocos jugadores comparables a “Air Jordan”en toda la historia y es difícil , por no decir imposible, defender que alguien haya sido mejor que él.


El palmarés de Jordan asusta. Entre lo más destacado, 6 “anillos” de campeón de la NBA con los Chicago Bulls, 5 veces elegido mejor jugador (MVP) de la mejor liga del mundo o 2 medallas de oro en Juegos Olímpicos (1984, 1992). Jordan promedió más de 30 puntos (más que nadie en la historia de la NBA) en su carrera.


Pero Michael Jordan, como todo mito de la historia del deporte, es algo más que una abultada y meritoria sucesión de números. Incluso estrellas de la talla de Larry Bird, otro de los más grandes jugadores de todos los tiempos, dijo sobre Michael tras una de sus espectaculares actuaciones: “esta noche, Dios se ha disfrazado de Michael Jordan”. También resultan muy significativas las palabras del mítico Magic Johnson, que convivió en las canchas con Jordan y llegó a decir: “Está Michael Jordan y después estamos el resto”. Miguel Ángel Paniagua, uno de los periodistas especializados en baloncesto de mayor prestigio en España escribe sobre Michael en su blog: “si medimos su grandeza en anillos conquistados, en estadísticas estratosféricas y, sobre todo, en su influencia en la transformación del juego del baloncesto en América. MJ es seguramente, como reza su estatua a las puertas del United Center, el mejor que hubo y el mejor que habrá. “


¿Qué hace de Jordan el mejor de la historia? La respuesta es la combinación de muchos factores: No cabe duda de que Michael Jordan tenía unas condiciones físicas espectaculares. Fueron precisamente esas condiciones las que le valieron el ya mencionado apelativo de “Air Jordan”. Michael, rapidísimo y de potente salto, era capaz, como nadie más, de conseguir mates saltando desde la línea de tiros libres. Además de un portentoso físico, Jordan tenía una exquisita técnica para la finta, el pase y el tiro exterior. Estas cualidades no le eran obstáculo a la hora de sacrificarse y sudar la camiseta bajo su canasta. Por ese sacrificio defensivo fue elegido mejor defensor de la liga en la temporada 1998.


Todas estas cualidades hicieron de Michael Jordan el líder indiscutible de 2 equipos que hicieron historia como casi ninguno: Los Chicago Bulls de los 6 “anillos” en 10 años y la selección americana del “Dream Team” de los Juegos de Barcelona 1992, que tiene el indiscutible mérito de haber jugado el mejor baloncesto jamás visto.


Pero si hay algo que define a Jordan como un jugador sin parangón es su capacidad para liderar al equipo en situaciones extremas. Fueron innumerables las ocasiones el las que “Air Jordan” se echó a los Bulls a las espaldas y lideró, en defensa y en ataque, grandes remontadas. Michael se ponía el mono de trabajo en defensa, consiguiendo tapones y robos de balón, y acto seguido dirigía el ataque, consiguiendo canastas rápidas. Era en los momentos decisivos cuando Jordan sacaba a relucir su genio y su talento. Sin duda, el ejemplo más paradigmático de ese tipo de heroicas actuaciones que tanto contribuyeron a agrandar el “mito Jordan” fueron los instantes finales del último partido de los play-offs de 1998:


Los Bulls perdían 86-83 frente a los Utah Jazz de Stocktone y Malone, tras un triple del primero que parecía definitivo. El escenario, la cancha de los Jazz, era el más hostil de toda la Liga. Pero, muy a pesar de la ruidosa afición de Utah, el 23 de los Bulls estaba a punto de firmar una de las más recordadas actuaciones de un jugador en una cancha de baloncesto. Michael anotó una canasta tras dejar atrás a su defensor y puso el marcador en 86-85. Faltaban 37 segundos. A falta de 20, el omnipresente Jordan roba el balón a un incrédulo Karl Malone. El balón volvía a ser de “Air Jordan”, que, tras una formidable finta sobre su defensor a 9 segundos del final lanzaba a canasta y anotaba su canasta más memorable, ante la mirada atónita de los miles de aficionados que abarrotaban el Delta Center de Utah. Con aquellos 2 puntos Michael sumaba 45 en el partido y colocaba el 87-86 para los Bulls. Aunque Stocktone y los Jazz aun tenían 5 segundos para cambiar el desenlace, la historia parecía escrita y no consiguieron anotar. Aquella espectacular canasta final daba a Jordan su sexto “anillo”.




Tras aquel partido, Michael anunció su retirada y, aunque un par de años más tarde regresaría al baloncesto en activo con los Wizards de Washington, simbólicamente, esos fueron los 2 últimos puntos de un verdadero mito del baloncesto.



Bibliografía:

http://www.as.com/comunes/2007/nba/michael-jordan.html
http://www.nba.com/history/players/jordan_summary.html
http://www.nba.com/history/players/jordan_bio.html
http://www.solobasket.com/blogs/comentarios/miguel/angel/paniagua/be/like/mike/c-417.html
http://www.ultimatenba.com/noticias/basket/NBA/Se_cumplen_10_anos_de______________The_Last_Shot-1011.html

1 comentario:

Gregory Villarroel dijo...

Fué, es y seguirá siendo el mejor, almenos para mi... Por el me motivo a seguir practicando duro cada día... Eres grande Michael; sueño con que me dices; Tú y TusCamisetasNBA son un orgullo para ti, mi ídolo.El mejoooor...