martes, 28 de octubre de 2008

"I am the greatest"


Cassius Marcellus Clay nació en 1942 en un pequeño pueblo de Kentucky llamado Louisville. Desde que era un chaval sus conocidos advirtieron que se tomaba literalmente la justicia por su mano a la hora de defender a sus colegas o responder a los improperios de una comunidad difícil. Curtió su personalidad tenaz y a la vez carismática desde su infancia, y empezó a practicar el pugilismo a la edad de doce años. Con sólo 18 años ganó el Oro Olímpico, cuando muchos expertos del boxeo se mostraron críticos de su estilo y su soberbia al proclamar “Soy el más grande” (“I am the greatest”).

Cuando Clay peleó contra el campeón de los pesos pesados Sony Liston, pocos apostaron por él, pero el joven ganó holgado. Poco después cambiaría su nombre a Muhammad Ali al adoptar la enseñanzas del Islam. Su estilo fue descrito por los expertos como una combinación letal de la ligereza de pies de Sugar Ray Robinson y la dura pegada de Jack Dempsey; Ali corroboraría esta idea al decir que “flotaba como una mariposa y picaba como una avispa”, y es que él mismo se encargaba personalmente de engrandecer su figura, asegurando que el secreto de su rapidez era que entrenaba bajo el agua. Brillante e ingenioso, fuera del ring fue todo un icono social, y consiguió por parte de la sociedad un interés en el boxeo sin precedentes.

En 1967 se negó a combatir en Vietnam, por lo que fue arrestado, despojado de su título mundial y se le prohibió boxear durante más de tres años. Fue entonces cuando estaban surgiendo figuras como Joe Frazier, Ken Norton y George Foreman, pugilistas más jóvenes que Ali que durante la década de los 70 escribirían la llamada Edad de Oro del boxeo. Cuando Ali volvió a los cuadriláteros, protagonizaría con los mentados boxeadores peleas que son recordadas como auténticos hitos. Destaca la memorable pelea en Zaire ("Rumble in the Jungle") contra Foreman en 1974, donde Ali reconquistó el título mundial. Lo perdería frente Leon Spinks en 1978, pero lo recobraría seis meses más tarde. En 1981 anunció su retirada.

Ali encarna la figura de deportista genial y soberbio, con talento y ambición. Su negativa a pelear en Vietnam fue muy criticada por la clase alta pero alabada por el sector afroamericano de EEUU. El que poseía el gancho más temido de la tierra se mostró pacífico contra un país que desconocía y tenaz con su propia nación que trataba duramente a su clase. Paso a la posteridad su célebre frase de reivindicación “jamás un vietcong me llamó negrata” (“No vietcong ever called me a nigger”).

Bibliografía:
http://www.ali.com/
http://es.wikiquote.org/wiki/Muhammad_Ali

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