miércoles, 29 de octubre de 2008

Anquetil, primer pentacampeón del Tour

Helsinki, 1952, la ciudad donde Nurmi había recibido su merecido homenaje de masas sería el lugar en el cual se viera en acción al primer hombre capaz de ganar cinco veces el Tour de Francia. Se trataba de un joven francés que en aquella fecha contaba con tan solo dieciocho años. Su nombre era Jaques Anquetil, un ciclista que dejaría para la historia del ciclismo, además de sus cinco Tours, un récord de la hora, dos Giros y una Vuelta a España.

El primero de estos hitos no fue el Tour, sino el récord de la hora que le arrebató a Coppi en 1956. Pero, sin duda, la carrera que le catapultó a la fama fue el Tour, una prueba en la que debutó en 1957 y en la que no dejaría a nadie indiferente. No era lo más corriente, pero este chico de veintitrés años consiguió ganarla con una aplastante superioridad. Aventajó a Janssens, segundo clasificado, en nada menos que 14 minutos y 56 segundos. Desde luego, algo fuera de lo común. Más aún si sumamos a ello sus cuatro victorias parciales, dos de ellas en lucha individual contra el reloj, en la que desde luego era un gran especialista. Muestra de ello se comprobó en todos sus Tours en los que llegó a París con el amarillo enfundado sobre su espalda. En ellos se impuso en todas las contrarrelojes, exceptuando una cronoescalada de 1959. Por todo ello, a partir de ahora sería apodado Monsieur crono. La clave de sus victorias, como Induráin, se cimentaría sobre esta especialidad.

Tras la exhibición del año anterior, todas las miradas en la salida de Bruselas recaían sobre él. Sin embargo, no pudo cumplir con las expectativas y abandonó. Ahora todo lo demostrado el año anterior se ponía en entredicho, ¿sería todo fruto de la casualidad? Pero al año siguiente Anquetil regresó. No para ganar el Tour ya que se postró ante uno de los mejores escaladores de todos los tiempos y el primer español en ganar la Grand Boucle, el toledano Federico Martín Bahamontes, pero sí pudo volver a demostrar que podía estar con los mejores ocupando el tercer escalón del podio final en París. Su progresión prosiguió en 1960. No fue el Tour quien la confirmó, ya que Jaques no fue de la partida, pero sería en tierras italianas donde el francés conseguiría su segundo gran éxito. Se impuso en la ronda transalpina tras haber sido segundo el año anterior. Ahora sí que se sabía capacitado para volver a ganar su carrera: el Tour de Francia. Y así lo confirmó un año después. Las carreteras francesas veían pasar, de nuevo, a Monsieur crono, el gran Anquetil. Tres años después repitió el amarillo con una claridad incontestable. Anquetil, no cabe duda, que estaba preparado para nuevas proezas: ganó el Tour de 1961, el de 1962 y el 1963, año en el que consiguió su primer doblete: Vuelta y Tour. Con este hito pasaba a formar parte de la historia como el primer corredor en conseguir la triple corona. En 1964 quería otro doblete: el Tour, esta vez acompañado con el Giro. Anquetil conseguía lo que se proponía, y, así, las carreteras italianas y francesas vieron también a un Anquetil triunfante. La brillante carrera del francés seguía acumulando triunfos. Sin embargo, en su cabeza no sabía que el de 1964 sería su último Tour y, sobre todo, el más complicado. Fueron 55 segundos en los que aventajó al segundo clasificado: Raymon Poulidor. Este francés, al contrario, que Anquetil, sí contaba con un apoyo absoluto del público galo. La diferencia principal estribaba en la forma de correr de los dos franceses. Mientras Poulidor se mostraba siempre agresivo e impulsor del espectáculo en su terreno, la montaña, Anquetil se limitaba a no hacer grandes alardes de fuerza en terreno montañoso para certificar su triunfo en la contrarreloj. Como siempre en este deporte como en cualquier otro el espectáculo es el que prima, y sólo años después se reconoció y admiró a Anquetil por sus múltiples triunfos. Así un día señalado: el 14 de julio de 1964, coincidiendo con la fiesta nacional francesa, Anquetil se subía, por última vez, a lo más alto de un podio. La gente quería en ese lugar a Poulidor, pero el tiempo mostraría a Anquetil, junto con Hinault, como los mejores ciclistas de la historia de Francia. Un Anquetil que no podría acabar en 1965, su última participación. No encontró el golpe de pedal de años anteriores y ya nunca jamás lo volvió a recuperar.

En 1969 anunciaría su decisión de abandonar el ciclismo, pero su trance más duro fue el de 1987. Un 18 de noviembre de ese año nos abandonaba para siempre Jaques Anquetil. Es así el único pentacampeón del Tour que nos espera desde otro lugar. Merck, Hinault, Induráin y Armstrong todavía nos pueden narrar sus proezas, y éste último todavía más. En 2009 vuelve a subirse a la bici, y desde algún lugar Monsieur crono contemplará el desenlace del regreso del texano.

Bibliografía utilizada:

http://es.wikipedia.org/wiki/Jacques_Anquetil
http://leyenda-de-campeones.blogspot.com/2008/03/jacques-anquetil.html
http://elmundodeporte.elmundo.es/elmundodeporte/especiales/2003/07/tour_de_francia/historia/jaques_anquetil.html
http://www.elperiodico.com/default.asp?idpublicacio_PK=46&idioma=CAS&idnoticia_PK=551273&idseccio_PK=1011
http://www.letour.fr

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