martes, 13 de enero de 2009

Tommie Smith y John Carlos: valentía y compromiso



1968 fue un año de movilizaciones civiles y estudiantiles a lo largo y ancho del planeta. Berkley, París, Praga y muchas otras ciudades fueron el escenario de importantísimas (e inauditas hasta la fecha) movilizaciones y reivindicaciones.
Nadie estaba exento de poder mostrarse comprometido con causas nobles y tomar parte como activista. Ni siquiera el deporte, tantas veces proclamado apolítico.

1968 fue también un año olímpico. Los juegos acudían en aquella ocasión a Méjico, la puerta de atrás del gran gigante norteamericano. Y fueron precisamente dos atletas norteamericanos los que hicieron historia en aquellos juegos.

Ambos eran los máximos favoritos para vencer en la prueba de los 200 metros lisos. Y ambos eran negros. Sus nombres: John Carlos y Tommie Smith.

En el tunel que les condujo a la pista, Smith y Carlos se aliaron para llevar acabo una protesta contra el racismo imperante en su país en el podio durante la ceremonia de entrega de las medallas. En la pista, Smith se impuso con autoridad. Carlos fue bronce, tras el australiano Peter Norman.

Pero la prueba atlética resultó secundaria. Lo que realmente dio la vuelta al mundo fue la ceremonia de entrega de medallas. Norman (blanco) accedió a participar de la protesta. Se puso una pegatina de oposición a la discriminación por razón de raza. La misma que llevaban los dos atletas afroamericanos. Pero la liturgia y el simbolismo de aquel acto de rebeldía no terminó ahí.

El puño derecho cubierto con un guante negro que Smith mantuvo en alto durante la interpretación del himno, simbolizaba, según ellos mismos explicaron después, el llamado “black power” en EEUU (uno de los principales movimientos reivindicativos de aquel 1968 en los Estados Unidos, junto con la oposición a la guerra de Vietnam). El puño izquierdo, igualmente cubierto, de Carlos, representaba la unidad de los negros americanos. La bufanda negra alrededor de su cuello simbolizaba el orgullo negro. Por último, los calcetines negros, sin zapatos, de ambos, eran símbolo de la pobreza de los negros en un Estados Unidos racista. Así, y con la cabeza gacha, en un gesto de vergüenza, escucharon los dos atletas el himno de un país a cuya pertenencia sentían todo menos orgullo.






Los valientes y comprometidos atletas pagaron cara aquella protesta. Incluso en el propio Smith, declaró en una célebre entrevista años después que temió por su vida durante la ceremonia: “Pensaba que me podían disparar con un rifle desde la tribuna”. Su revolucionaria y novedosa protesta fue muy mal recibida por el COI, cuyo presidente, Avery Brundage, encolerizó, les retiró las medallas y les expulsó de la Villa Olímpica.

Tampoco en Estados Unidos tuvo una buena acogida la actitud de Smith y Carlos. Ambos fueron acusados de antipatriotas y marginados tanto por su gobierno como por la sociedad de su país, que les marginó y reprimió. Sin embargo, en los últimos años, tanto Carlos como Smith han sido restablecidos y homenajeados y ocupan, hoy sí, el lugar que merecen en aquel país.




Bibliografía utilizada:



http://www.infoplease.com/spot/summer-olympics-mexico-city.html

http://www.marca.com/edicion/marca/firmas/santiagosegurola/es/desarrollo/1047258.html

http://articles.latimes.com/2008/jul/08/sports/sp-forty8

http://www.historylearningsite.co.uk/Mexico_1968.htm

http://www.smh.com.au/olympics/articles/2004/06/18/1089484304254.html

http://news.bbc.co.uk/onthisday/hi/dates/stories/october/17/newsid_3535000/3535348.stm

http://panchobaez.blogspot.com/2008/04/leyendas-olmpicas-tommie-smith-john.html

http://www.guardian.co.uk/commentisfree/2008/jul/09/olympicgames2008.humanrights

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