martes, 9 de diciembre de 2008

Titín III, pelotari único y emblema de La Rioja



En este ámbito donde nos movemos, cabe resaltar todo el deporte referido al mundo del frontón. Y, sin duda, el que más tirón tiene en este entorno vasco-navarro-riojano es el de la pelota mano. Raro es encontrar un pueblo donde no veamos un frontón. Es, así, un deporte que a lo largo de la historia ha sido práctica común para todos debido a que la únicas condiciones para su juego era una pelota y la pared dónde golpearla.

Habiendo hecha esta breve introducción con respecto a este bello deporte, voy a centrarme en un personaje de mi tierra, La Rioja. Un pelotari que ha cambiado en muchos aspectos la manera de concebir este deporte. Se trata del pelotari de Tricio Augusto Ibánez Sacristán, más conocido como Titín III por todo el público pelotazale.

Titín III no pasará, desde luego, a la historia como el pelotari que más txapelas haya conquistado, ni como el que más fuerte sacaba la pelota, ni el que más velocidad le imprimía, ni siquiera como el mejor pelotari de su época si consideramos la medición en todas las disciplinas, ya que por ejemplo no ha sido nunca un pelotari para jugar el mano a mano. Sin embargo, hay algo que hace de él un pelotari único e irremplazable. Se trata de un pelotari capaz de enamorar al espectador en cada tanto, el único capaz de llenar cualquier frontón de la geografía del norte, el que más partidos juega al año, el que más lucha para ganar cada partido aún estando en el lugar más recóndito de la zona. Se trata de un delantero que vuelve loco a su adversario imprimiendo un ritmo al partido endiablado: ganchos, machetes, dejadas, paradas al ancho. Todo un repertorio en los cuadros delanteros que el de Tricio domina a la perfección. Y no sólo eso, sino que, además, su defensa es asombrosa. Tiene una capacidad sobrehumana para levantar pelotas donde ningún humano pude llegar. Éste es, en estas breves palabras, el mejor deportista riojano de la historia, un pelotari especial.

Carrera profesional
Titín es un pelotari de despunte tardío. No fue el deportista que desde niño fuera visto como un pelotari extraordinario. Su debut se produciría en Baños de Río Tobía cuando contaba con 23 años. Una edad algo tardía para del debut. Le costó adaptarse al profesionalismo. Augusto, anteriormente, había compaginado con la pelota de aficionados su trabajo en la gasolinera. En 1994, tras tres años en la máxima categoría consiguió adjudicarse en compañía del zaguero navarro Fernando Arretxe su primera txapela en la categoría de mano parejas. Esta va a ser la que le va a reportar los mayores éxitos en su carrera. Es su distancia, y donde Titín juega más cómodo dentro del frontón, ya que estamos hablando de un artista en cuadros delanteros pero que no tiene la gran capacidad para desplazar la pelota cerca del rebote. Así, secundado con un zaguero que le guarde las espaldas el riojano se siente cómodo para ganar partido tras partido. A mi parecer, difícilmente hay alguien que con zagueros iguales pueda vencer a Titín, aunque ya los años pesan y tiene que ir dejando paso a los que vienen detrás.

Volviendo, de nuevo, la mirada hacia atrás tenemos que pararnos en 1997. Una fecha donde va a tener lugar el partido que se guardará en la memoria de todos los aficionados al deporte del frontón. Titín contaba, por primera vez, con la oportunidad de alcanzar un reconocimiento individual. Se enfrentaba en la final del cuatro y medio a toda una leyenda de este deporte, Julián Retegi (Retegi II). Se medía al peor rival que poseía once txapelas del mano a mano, cinco del parejas y había sido campeón del cuatro y medio en tres ocasiones previas a la cita de diciembre. La mayor ventaja para Titín era que el navarro ya estaba en el declive de su carrera. Tenía 44 años aunque se había preparado como nunca para, la que podía ser, su última gran cita. Nos situamos, así, en un 17-21 a favor del delantero de Tricio. Titín III se encontraba a tan sólo un tanto de conseguir su primera txapela individual. No obstante, el primer envite lo salva Retegi en un tanto espectacular, con un gran defensa inicial de Julián que luego consigue pasar a la ofensiva para terminar el tanto con un zurdazo por la pared: 18-21 y saque para Retegi. Tras el saque realiza una gran dejada al ancho poniendo el nerviosismo en el Ogueta de Vitoria y un 19-21 en el marcador. Nuevamente Julián al saque con el que daba inicio a otro formidable tanto que, de nuevo, caía del lado de Retegi. Titín seguía cerca, a tan solo un tanto de la victoria, pero ahora Retegi estaba a uno de empatarle. El público enloquecía. De nuevo, los dos nos ofrecían una jugada maravillosa, y, de nuevo iba para el navarro. Un tanto muy discutido ya que Titín dejó botar la pelota pensando que traspasaría la raya del cuatro y medio pero los jueces dieron buena y la cosa se ponía en un interesantísimo 21 iguales. No se lo podía creer el riojano. Era un momento para los que no sufrieran del corazón, era el momento esperado por los corredores de apuestas. Se estaba jugando gran cantidad de dinero. Así, al saque Retegi II en este último y definitorio tanto de la final. Titín consiguía restar pero ponía la pelota a placer para que Julián fuera a buscarla y la dejara parada en el choco. Saque y remate. Terminaba, así, uno de los partidos más espectaculares, apasionantes y bonitos de la historia pelotazale. Titín había dejado escapar una oportunidad imperdonable. La consecuencia positiva era que todavía tenía algunos años por delante para conseguirlo.




En el 2000 alcanza su segunda txapela de parejas acompañado, esta vez, por el navarro Oscar Lasa (Lasa III), con el que vence por 22-19 a Unanue y Errasti. Siete años después de la gran decepción le llega la segunda oportunidad de refrendar a su ya exitosa carrera en el parejas, su rúbrica en lo individual, pero esta vez no pudo realizar el juego que le había acompañado en la liguilla de semifinales donde había vencido en sus tres partidos, incluido el de Nagore, al que no conseguiría batir en la final cayendo por 22-15. Parecía que nunca lo conseguiría. Augusto iba avanzando en edad y las ocasiones se terminaban. Contaba ya con 34 años.
Al año siguiente se llevaría su tercer campeonato en su mejor disciplina. Acompañado por el, también navarro, Fernando Goñi (Goñi III), vencerían de manera contundente a Lasa III y el recién llegado Martínez De Irujo, un pelotari que se le asemeja ya que es capaz de hacer lo más extraordinario. En 2005 y 2006, sus apariciones en el cuatro y medio se quedaron a un paso de la final. En 2007 accedía por tercer año consecutivo a la liguilla de semifinales, a la que no entraba con buen pie perdiendo el primer partido ante Abel Barriola. El segundo partido se celebraba entre los perdedores de la primera jornada, es decir Titín y Martínez de Irujo. Un partido en el que el que pierda se queda sin opciones de entrar en la final. Titín III se imponía por un contundente 22-8 en el electrónico de Pamplona. Sin embargo, le quedaba otro partido a cara de perro para meterse en su tercera final. Esta vez ante el gran especialista y tricampeón de la especialidad, Olaizola II. El partido respondió a las expectativas. Un gran encuentro que se llevó contra pronóstico el de Tricio. De nuevo y con 38 años, Titín se encuentra ante su tercera posibilidad de vencer el cuatro y medio, y como muchos señalan parece que pueda ser la última. Titín, tras el partido esta con gran alegría. No se esperaba esta nueva oportunidad. Sin embargo, en esa semana la felicidad se tornará en tristeza. Su padre moría de un infarto al corazón. Un hombre que había sido pelotari, de nombre Titín I, y que le había enseñado mucho de su oficio a, su hijo, Titín III. A pesar de lo ocurrido, Titín quería jugar por su padre. Sabía que ahora contaba con el aliento de un persona muy querido desde el cielo. Y, así fue, el riojano ponía, por fin , el broche de oro a su brillante carrera como profesional. Ganaba el cuatro y medio ante el siempre presente Barriola por 22-15. Titín tras recibir la txapela no pudo contener la lágrimas. Tanto esfuerzo para alzanzar la cima y su padre no estaba ahí. Por ello señalaba después del partido: "He pasado una semana muy dura por el fallecimiento de mi padre. Los acontecimientos me han afectado y la parte más grande de esta txapela es para mi padre. Él me ha enseñado los valores de este deporte, ha luchado mucho por sacarnos adelante a toda la familia y se la debía. A pesar de la tristeza creo que él (su padre) está contento. Hay que celebrarlo, aunque dentro de un orden, porque él nos va a apoyar", afirmó el de Tricio.


Desde luego, todos los medios elogiaban el merecido triunfo del riojano, como titulaba por ejemplo el Diario de Navarra: "La pelota se lo debía". Un reconocimiento que merecía pero que la pelota se lo había negado. El 2 de diciembre de 2007, por fin, se hacía justicia.

La cosa no acaba ahí. Titín sigue hoy a sus 39 años como una estrella presente de nuestro deporte de mano. Este año alcanzó la final por parejas pero cayó ante Mendizabal II y Olaizola II. Este año ha sido una temporada de galardones para el de Tricio, como fueron la Medalla de la Rioja y Riojano Ilustre. Quintiliano, Gonzalo de Berceo y Marques de la Ensenada, entre otros, acompañan a Titín III como ilustres riojanos. Todo un reconocimiento. Asimismo en su cancha, el Frontón Adarraga de Logroño, aparece ya una imágen suya en la pared de rebote.


Desde luego, y, por ahora, La Rioja y todo los aficionados a la pelota siguen disfrutando de Titín III. Un pelotari que encandila a la gente, que sigue llenando frontones y ganando partidos. No, cabe duda, de que el hueco que deje cuando se retire será muy grande. Seguro que el gran perjudicado será el espectáculo.


Bibliografía utilizada:

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